La Organización Mundial de la Salud estima que aún es posible acabar con el SIDA como emergencia de salud pública para el 2030. Sin embargo, el Ministerio de Salud publicó un Boletín donde anuncia que casi el 45% de los nuevos casos en el país, fueron diagnosticados de forma tardía. Mientras que unas 140 personas viven con el virus en Argentina, de las cuales 13% lo desconoce.

Según las estadísticas dadas a conocer por el organismo nacional, los nuevos diagnósticos fueron de un 68% en varones, 30,4% en mujeres y 1,2% personas transexuales. Y a nivel mundial provoca más de 1.700 muertes cada día y unas 3.500 personas se infectan a diario.

Por su parte la ONU recuerda que muchos colectivos aún carecen de servicios, tratamientos y medidas que prevengan la enfermedad, lo que complica el panorama e impide acortar los tiempos para que el SIDA deje de ser una emergencia en la salud pública. Objetivo que se persigue y visualiza, según el organismo, para el 2030.

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Para lograr acabar con la emergencia sanitaria por el sida, se debe trabajar para que al menos un 95% de los seropositivos hayan podido acceder a pruebas, que de esos diagnosticados al menos un 95% reciba terapia antirretroviral, y que de estos últimos al menos un 95% haya mostrado una reducción en su carga viral.

El diagnóstico tardío en el país de tres de cada 10 nuevos casos es sin duda la variable a mirar con más atención y que exige pensar estrategias para que ese número se reduzca.

También, se advierte que la falta de financiamiento y un grado mayor de discriminación entorpecen la lucha contra la enfermedad, cuando en realidad debería ser universal y comunitaria; trascendente a los gobiernos de turno, buscando una salida conjunta que involucre a todos los países.